Importancia de la agilidad emocional ante los retos de la vida y el trabajo
Todos experimentamos pensamientos y sentimientos indeseables que nos hacen sentir mal acerca de nosotros mismos o de nuestros entornos. El problema no es tener estos pensamientos o sentimientos, porque tenerlos es parte de ser humanos; el problema surge cuando no tenemos agilidad emocional y nos quedamos atorados de la misma manera que algunos peces quedan atorados en las redes.
Además el estrés y ansiedad que estamos viviendo, acentúan esta habla interna que nos mantiene secuestrados en nuestra mente por momentos en el día. Por ello, hoy más que nunca es importante desarrollar nuestra agilidad emocional.
La diferencia entre la agilidad emocional y la rigidez
La agilidad emocional se define como el desarrollo de la flexibilidad en los pensamientos y emociones necesarios para lograr el bienestar y éxito.
Lo contrario a la agilidad emocional es la rigidez emocional. La rigidez en su definición más amplia, es la incapacidad de un cuerpo a modificarse ante fuerzas exteriores que actúan sobre el mismo. A nivel emocional, la rigidez ocurre cuando tenemos pensamientos que son repetitivos que nos hacen quedar atorados en patrones tóxicos. Estos patrones nos secuestran mentalmente, nos aíslan de los demás y reducen nuestra capacidad de adaptación ante situaciones nuevas o retadoras.
Suprimir o reprimir estos pensamientos y emociones está confirmado que no funciona. Lo que funciona, es aprender a identificarlos y sustituirlos por ciertas acciones positivas que nos vuelven más efectivos y que veremos a continuación.
Cómo desarrollar la agilidad emocional:
1. Aprender a desengancharte
El primer paso para desarrollar agilidad emocional es reconocer cuándo te has enganchado en ciertos pensamientos y sentimientos. Aprende a observar dentro de ti cuando tus pensamientos se han vuelto rígidos y repetitivos por la manera en que te hacen sentir.
Puedes preguntarte: ¿Por qué me siento ofendido/enojado/molesto? ¿Qué pensamientos predominantes estoy teniendo que me hacen sentir así?
En resumen, este paso se trata de aprender a reconocer y a etiquetar tus sentimientos conforme se van presentando. Aceptarlos con curiosidad y amabilidad y no suprimirlos. Por ejemplo, cuando estás secuestrado por un patrón negativo en algo como “me equivoqué en la presentación, soy un fracaso”. Sal del trance, desengánchate del patrón y observa lo que pasa dentro de ti: “Estoy repitiendo en mi cabeza que me equivoqué en la presentación y que soy un fracaso, y eso me hace sentir triste e impotente”.
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2. Salirte de la situación por un momento
Una vez que hayas aprendido a desengancharte de la situación y a etiquetar lo que sientes. El siguiente paso de la agilidad emocional es salirte de la situación para poder observar tus emociones por lo que son: pensamientos energizados.
Una manera para salirte y alejarte de la situación, es escribir acerca de tus estados emocionales. Un estudio realizado por Pennebaker demostró que escribir 20 minutos acerca de las vivencias que nos resultan intensas a nivel mental y emocional ayuda a incrementar nuestro bienestar emocional, físico y mental.
Esto funciona porque te permite dar un paso atrás y observar tus estados emocionales con cierta distancia. Lo que te permite ver las cosas desde otra perspectiva para ampliar tu visión y abordar los problemas de una manera diferente y más productiva.
3. Actuar en base a tus valores
Una vez que te has aprendido a desenganchar de tus pensamientos y sentimientos predominantes, hay lugar para crear opciones que nos permitan elegir caminos diferentes. Como hemos visto, los pensamientos y sentimientos que experimentamos son algo volátil y cambiante. Por ello necesitamos fundamentar nuestras decisiones en algo más permanente: nuestros valores personales para la vida y el trabajo. Concentrarte en ellos te permitirá ver las cosas con perspectiva, así como recordar lo que de verdad tiene peso para ti.
Recuerda: ¿Cuál es tu propósito? ¿Qué deseas lograr en tu vida y en el trabajo? Por ejemplo: Si para ti es importante formar una familia, pero también es importante hacer una diferencia en el mundo con tu profesión; es importante que lo definas con valores como familia, vocación, creatividad, contribución, etcétera. De esta manera podrás tomar las decisiones adecuadas para asegurarte de que tanto tu vida como tu carrera van en la dirección que deseas.
Referencias:
–David, S. (2016). Emotional Agility: Get Unstuck, Embrace Change, and Thrive in Work and Life. New York: Avery/Penguin Random House.
–Congleton, C., & David, S. (2013) Emotional Agility. Harvard Business Review.
Para definir tus valores realiza el ejercicio de la página 7 de nuestro e-book. Descargarlo aquí: