Mejora tu inteligencia emocional con esta herramienta de Yale
Todos los días lidiamos con nuestras emociones, y a veces el miedo, la tristeza o la decepción afectan nuestras decisiones. Otras veces, el enojo, la irritabilidad o la impulsividad pueden llegar a afectar nuestras relaciones. Por esta razón, la inteligencia emocional resulta una gran herramienta para dar la mejor versión de uno mismo cuando se necesita.
Entre los beneficios de la inteligencia emocional, encontramos mejor capacidad para reaccionar ante los estímulos. También se relaciona con el autocontrol cuando resulta pertinente, mejora el rendimiento laboral, y ayuda a controlar los niveles de estrés. Sin mencionar su impacto positivo en las relaciones personales.
¿Qué es la inteligencia emocional y cómo funciona?
En los 90’s, los investigadores Peter Salovey y John Mayer desarrollaron una teórica psicológica para explicar la inteligencia emocional. Definieron este tipo de inteligencia como:
“La habilidad para manejar los sentimientos y emociones, discriminar entre ellos y utilizar estos conocimientos para dirigir los propios pensamientos y acciones”.
Afirmaban que si la inteligencia emocional se tuviera que representar en una imagen, esta tendría que ser la de un pensador con corazón. Y tenían razón, ya que nuestras emociones ocurren primero de manera instintiva y después las razonamos o hacemos conscientes.
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¿Porqué es importante aprender a nombrar nuestras emociones?
Nuestras emociones se originan en el cerebro límbico, particularmente en la amígdala. Por eso al ponerles un nombre, las transfieres a la corteza prefrontal (también conocido como cerebro ejecutivo o racional). Las emociones las vas a seguir teniendo, pero el nombrarlas te permite dar un paso atrás para poder entender lo que estás sintiendo, digerirlo y decidir de una manera más consciente cómo vas a actuar.
Además, al transferirlas a la parte frontal de tu cerebro se liberan ciertos neurotransmisores que calman la agitación de la amígdala haciéndote sentir un poco mejor y menos exaltado.
La mejor práctica que puedes seguir es nombrar tus emociones en voz alta o tratar de explicar cómo te sientes a alguien de confianza. En mi experiencia, esta técnica funciona muy bien porque las emociones a final de cuentas son una forma de energía buscando ser expresada, y primero hay que hacer sentido de lo que sentimos y articular internamente lo que nos ocurre para que podamos hablar de ello. Otra práctica que es altamente efectiva es iniciar un diario para expresar cómo te sientes.
Una herramienta del Centro de Inteligencia Emocional de Yale
Otra herramienta que puedes usar es el Emocionómetro (Figura 1) del Dr. Mark Brackett. Esta herramienta esta diseñada para ayudarnos a incrementar nuestro self-awarness (autoconciencia) emocional.
Figura 1: Basada en el libro Permission To Feel (2019)
Dentro del emocionómetro, las emociones están clasificadas en 4 cuadrantes dependiendo el nivel de energía o agradabilidad que producen. En el amarillo están aquellas altas en agrado y energía, como cuando te sientes orgulloso, feliz, y entusiasmado. En el verde están las bajas en energía pero altas en agradabilidad, cómo cuando te sientes satisfecho, agradecido y en calma. En el cuadrante azul están las bajas en energía y en agrado cómo la tristeza, la vergüenza y la apatía. Y en el cuadrante rojo están las altas en energía y bajas en agradabilidad como la furia, la preocupación o la frustración.
Se recomienda que comiences ubicando en qué cuadrante ubicarías las emociones que sientes y después trates de nombrarlas de la manera más específica. Esto te ayudará a identificarlas con mayor facilidad y a relacionarlas con las situaciones o personas que las detonan.
Puedes explorar dónde, con quién estás o qué haces cuando estás en amarillo. Así como cuándo fue la última vez que estuviste en rojo y qué te sacó de ese estado.
Cómo todo en la vida, la práctica hace al maestro. Mientras más practiques, mejor vocabulario emocional desarrollarás. Luego, irás sentando las bases para cultivar habilidades más complejas y sofisticadas de la inteligencia emocional en la vida y el trabajo.
Referencias:
-Brackett, M. (2019) Permission to Feel. London, England: Quercus Publishing.
-Morin, A. (2013) How To Control Your Emotions So Your Emotions Don’t Control You. Inc Magazine.
